Las muñecas del escandalo

Por las escenas escabrosas de un film de próximo estreno, Gina Lollobrigida y Virna Lisi pueden ir a parar a la cárcel  Se trata de "Las muñecas", cuatro episodios modernizados del Decameron de Bocaccio que han desatado en Italia un escándalo sin precedentes.

El implacable juez Vitterbo, Italia, puede hacer que Gina Lollobrigida, Virna Lisi, Nino Mamfredi y Jean Sorel vayan a parar a la cárcel  en la reconfortante compania de dos veteranos directores: Mauro Bolognini y Dino Risi.
El escándalo comenzó hace tiempo: exactamente en el siglo XIV, cuando Juan Bocaccio -que no soñaba ser guionista cinematografico- daba a conocer el gran "Best-Seller" de la edad media: "El Decameron", una picante coleccion de cuentos destinados a entretener los ocios napolitanos de la hija de su protector, el duque de Anjou.
Cuatro de esos cuentos (que eran cien), conveniente mente modernizados, sirvieron de guion para "Las muñecas", donde exhiben su opulencia desde la Lolo y Virna Lisis, Elke Sommer y la felina Monica Vitti. El escándalo desatado por "Las cuatro muñecas" no tiene precedentes en Italia: si bien los films Italianos a han sido frecuentemente censurados o incautados por supuesta inmoralidad, es ets el primer caso en el que se efectúan acusaciones penales contra actores y directores, cuyo castigo, en caso de ser condenado, oscilara entre los 3 meses y los 3 años de prisión.
Para muchos no dejo de resultar sorprendente que en 1965 se considera escandaloso lo que en la pudibunda edad media apenas conmovió al ojo de la Santa Inquisicion. Pero -arguyen los jueces- que una cosa es leer otra muy distinta ver. Y mucho mas ver el espectacular semidesnudo con que Gina intenta seducir al inexpugnable sobrino de monseñor Arcudi, un adusto padre conciliar que asiste al concilio Ecumenico. La "Lollo" argumento en su descargo que no estaba desnuda sino calzada en una malla color rosa y agrego: "Las cosas que hay que soportar...En este film Bolognini me hizo poner un "Baby-doll" negro para satirizar a Carroll Baker, que no acepta papeles en los que no pueda ostentar sus exuberancias. A Ella, la llenan de premios y aplausos, a mi, me hacen un juicio.
Nino Manfredi, por su parte, manifestó su sorpresa por el giro que habían tomado los acontecimientos y agrego con Italiana elocuencia: "No era para tanto".
El abogado de los inculpados no a perdido el optimismo: "Las acusaciones pueden ser absurdas", señalo. "Los fallos nunca".
Las vehementes declaraciones de acusadores y acusados han rodeado al film de una saludable publicidad, en la que algunos malintencionados han entrevisto la subrepticia mano de la Lollobrigida. Las jóvenes estrellitas de Cineccitta, representantes del nuevo sexy (intelectualizado y nada opulento), sostiene que el proceso seguido contra Gina no es por obscenidad, sino porque su desnudo atenta contra las leyes de la estética.
Lollobrigida ignora los ofidicos comentarios y esta muy satisfecha con su papel de Betrice, la hotelera que recibe en su negocio a un grupo de reconcentrados sacerdotes del Concilio Ecumenico. Entre estos, Monseñor Arcudi, protagonizado por el robusto Akim Tamiroff, da a lugar a numerosas escenas reideras tratando de rescatar a su apuesto sobrino (Jean Aorel) de los capricho amatorios de Gina-Beatrice.
El resto de los procesados, Virna Lisi, Nino Manfredi y el director Dino Risi animaron otro de los relatos que integra "Las muñecas". Es el titulado "La llamada telefonica", en el que una esposa celosa, incentivada por su madre atravez de una inacabable llamada telefónica empuja a su marido a una relación peligrosa. Los peligros los propone Alicia Bardel, que exhibe sus etereostopicos encantos en una piscina próxima. El atribulado marido, después de ensayar todos los recursos para interrumpir el exasperarte dialogo entre mujer y suegra, toma unos libros de su biblioteca y fingiendo ser vendedor, visita a la inquietante bañista que resulta ser una ávida lectora.
Pero no todo en "Las muñecas" iba a ser escándalo  Los dos cuentos que se salvaron de las iras judiciales, se llaman, Tratado de Eugenesia" y "La sopa". El primero narra la historia de una Sueca tan hermosa como obsesiva. Ulla, a cargo de Elke Sommer, llega a Roma decidida a encontrar al marido ideal para engendra al hijo ideal,  de acuerdo a las ideales postulaciones de un tratado de Eugenesia. Los aires de Roma y las imperfecciones de un joven que se le cruza en el camino, pronto la convencen de que en el amor, lo perfecto es tal vez lo menos importante. El director de este episodio Luigi Comencini, es el mismo que alcanzo la fama con "Pan, Amor y Fantasia", film que consagro a la Lollobrigida cubierta de insinuantes harapos y ajena por entonces a la sotisficacion con que la marcaría Hollywood, tal vez para siempre. Comencini, con Italiano de buen humor, ha prometido visitar en la cárcel a su colega Dino Risi y mantenerlo al tanto del "bordeaux" que arrojen las controvertidas muñecas.
"La minestra",otra delas divertidas historias de las muñecas,muestra como un inocente plato de sopa puede convertirse en factor de neurosis y desencadenar un horrendo crimen. Sobretodo cuando se tiene la hipersensibilidad de Monica Vitti que encarna a una esposa atribulada por las ruidosas ingestiones de sopa de su burdo marido. La desesperada Giovanna invierte sus escasos dineros para deshacerse del bochinchero cónyuge  contratando los oficios de un camionero fornido e inescrupuloso. Pero el complot falla y Giovanna queda condenada a sopa perpetua.
Con"Las muñecas" los Italianos parecen reinciden en aquellas comedias livianas, de teléfono "bianco", definitivamente expulsadas -junto alas camisas negras- por el vigoroso aporte del neorrealismo. Hoy la risa y el sexo seducen a los mismos directores que ayer buceaban en tenebrosas historias de fondo social. Los escándalos cinematográfico ya no son consecuencia de denuncias sino de exhibición de piernas u otras variantes anatómicas  que garantizan un rotundo triunfo de taquilla. En este caso, avalado nada mas ni nada menos que por Bocaccio, verdadero precursor de las historias sexys.

Nota publicada en la revista Argentina 7 Dias, n·64 23 de Febrero de 1966

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